Dylan
tomó la taza que acababan de traerle, se acercó a un aparador y sacando una
botella la destapó dejando caer una
porción de licor en el café y se acercó a la ventana mientras se lo bebía.
Había pasado toda la noche despierto en espera de noticias, pero ya eran las
seis de la mañana y seguía en la misma angustiosa espera. Miró hacia el sillón
donde se había quedado dormido Kendall. Dylan había tenido que utilizar un
líquido muy útil que servía para poner a dormir a cualquiera aunque solo le dio
la dosis mínima a su amigo, porque era eso o golpearlo para que se
tranquilizara.
Dejó
la taza y subió a su habitación, se dio un baño helado y cuando se estaba
terminando de colocar la camisa llamaron a la puerta, dio orden de entrar y el
sirviente le informó que un caballero pedía hablar con él. Dylan en primer
lugar pensó que podía tratarse de Phillipe, pero la ausencia de un nombre le
hizo entender que no era así y que solo podía tratarse de una persona, de modo
que apenas terminó de prender los botones, salió a toda prisa con el sirviente tras él
llevando el chaleco y la chaqueta de su traje.
-
¿Y bien?
-
Lo localizamos milord, Bernard espera con
algunos hombres pero tal como usted ordenó nadie se moverá hasta que usted
llegue, a menos que vean algún movimiento, de ser así, tienen orden de hacer lo
que sea necesario para detenerlos.
-
¿Está muy lejos?
-
No milord, pero nos llevó algún tiempo
localizarlo
-
Espere aquí -- le
ordenó y luego miró al mayordomo -- supongo que las monturas están listas y esperando
como ordené
-
Sí milord
-- dijo le hombre y Dylan se
dirigió al salón
Por un
momento dudó en llamar a Kendall, pero si no lo hacía era probable que su amigo
montase en cólera, de modo que se acercó y lo sacudió.
-
¡Kendall!
¡Kendall, despierta!
-
¿Qué?
-- preguntó él incorporándose
repentinamente alerta
-
Vamos
-- le dijo Dylan caminando hacia
la puerta
-
¿A dónde?
-
A recuperar a Sophie.
Kendall
no hizo preguntas y se limitó a correr tras él hacia las puertas del Chateau. Dylan no se entretuvo,
prácticamente le arrancó el chaleco de las manos al sirviente que aguardaba con
las prendas en la mano, pero no se molestó en tomar su chaqueta, en esas
circunstancias podía prescindir de la formalidad, porque lo que necesitaba era
comodidad si iba a partirle el alma a aquel desgraciado. De lo que sí se
aseguró fue de ir bien armado, porque independientemente de la cantidad de
hombres que llevasen, habría sido mucho esperar que aquel cobarde estuviese
solo y desarmado.
Montaron
sus caballos y partieron a escape. El individuo que había ido por Dylan tenía razón,
no estaba demasiado lejos y aproximadamente media hora después habían llegado.
Desmontaron y se acercaron al hombre que vigilaba, cuando le dieron alcance
pudieron ver la construcción. Sin duda Armagnac había sabido escoger el lugar
de reclusión, porque si bien estaba dentro de los límites de su propiedad, era
una tierra dedicada al cultivo. La construcción como tal, era un edificio de
madera de dimensiones considerables y probablemente tuviese dos pisos en su
interior. Dylan sacó esta rápida conclusión, porque en sus propiedades había
algunas parecidas donde se guardaba el grano, la paja y el heno para alimentar
a los caballos. Pero aquello solo hizo que su ira creciera al imaginar las
precarias condiciones en las que había pasado Sophie las últimas horas.
-
¿Dónde están los demás? -- le
preguntó el sujeto que había ido por Dylan, a otro
-
Distribuidos por la propiedad --
contestó éste -- ya me informaron, en total hay quince hombres
pero nosotros somos más, así que no habrá problemas con eso
-
Vamos entonces --
dijo Dylan
-
Milord
-- lo detuvo el hombre -- tal
vez sea mejor que ustedes se queden aquí y nos dejen a nosotros encargarnos.
-
Señor Delain, le aseguro que soy
perfectamente capaz de enfrentar esto
-
No es mi intención sugerir que no lo sea
milord -- le dijo
-- pero nosotros no tenemos nada
que perder, en cambio usted es un noble inglés, por lo que no sería nada
recomendable que se involucrase en esto
-- y con cierta reticencia,
agregó -- No creo que su padre estuviese muy contento
si permito que esto…
-
¡Al demonio con mi padre! --
exclamó -- ¡Usted limítese a obedecer, soy un Danworth y
su obligación es hacer lo que yo ordene!
-
Estamos perdiendo el tiempo y… --
comenzó Kendall
-
¡Demonios! --
exclamó el otro sujeto y todos se giraron
El
disgusto en los rostros de Dylan y Kendall fue sustituido por una expresión de
horror al ver que el edificio comenzaba a ser pasto de las llamas. Sin pensar
ni decir nada más, emprendieron una veloz carrera en aquella dirección.
Tuvieron que rodear la construcción, porque desde donde estaban habían llegado
a lo que parecía la parte posterior y no se veían puertas ni ventanas y Dylan
sabía que aquel tipo de construcción tenía solo una puerta de acceso, de modo
que corrieron hacia allá.
Cuando
llegaron al frente vieron a varios hombres que parecían haber tirado las
puertas. Sin detenerse a mirar si eran amigos o enemigos, Dylan y Kendall
atravesaron la pequeña multitud y entraron. Accedieron primero a una especie de
corredor y el humo los ahogó pero ignoraron eso y avanzaron. Había hombres
intentando apagar el fuego pero a Dylan le tomó unos segundos determinar que
aquello era inútil, la edificación era completamente de madera y en su interior
solo había implementos que servirían de rápido y efectivo combustible. De modo
que abriéndose paso e ignorando los gritos de advertencia, entraron.
Les
costó unos segundos localizar lo que buscaban con tanta desesperación, y una
vez que Dylan la vio cambió de dirección. Sophie yacía en el suelo a todas
luces sin sentido y unos pasos más allá estaba Armagnac también tendido en el
piso. Dylan se arrodilló al lado de Sophie y un par de segundos después lo hizo
Kendall.
-
¡Sophie!
-- dijeron ambos pero no hubo respuesta
Dylan
hizo un rápido inventario visual determinando que Sophie tenía una herida
sangrante en la cabeza, otra en el labio, un moretón en la mejilla y parte de
su vestido estaba desgarrado. Esto hizo que Dylan sintiera el urgente deseo de
estrangular al duque pero primero era necesario poner a salvo a Sophie, que
según lo que acababa de comprobar aparte de las heridas visibles, solo estaba
sin sentido. Se levantó dejando que Kendall se hiciese cargo y se dirigió hacia
donde estaba el cuerpo de Armagnac.
-
¡Dylan!
-- lo llamó Kendall pero Dylan lo
ignoró
Jean
Pierre estaba ladeado en el piso, de modo que Dylan colocó el pie sobre su
hombro empujándolo hasta que quedó boca arriba. Sus ojos se dilataron al ver
que del lado izquierdo del pecho del hombre y un poco por debajo del corazón,
sobresalía un mango de marfil manchado de sangre. Pasó su mirada del duque a
Sophie y luego volvió a mirar al hombre preguntándose cómo había sucedido
aquello. Por un momento pensó que estaba muerto, pero cuando se agachó para
comprobarlo el individuo se quejó. En ese mismo momento el ruido de algo que
caía lo hizo mirar hacia un lado.
-
¡Dylan!
-- escuchó la angustiada voz de
Kendall -- ¡Vámonos!
-
¡Sácala de aquí! -- lo
urgió él
Dylan
había visto que parte del techo había cedido pero aun así no se movió de donde
estaba y sacudió el hombro de Armagnac. Vio una sombra a su lado y levantó la
mirada.
-
¡Milord, el edificio está a punto de
colapsar, tiene que salir! -- pero Dylan lo ignoró también a él
-
¡Armagnac! -- lo
sacudió de nuevo y el individuo finalmente abrió los ojos --
¡Escúcheme! -- dijo para asegurarse su atención --
Puedo dejarlo morir aquí y ahora. Le ofrezco la oportunidad entre vivir
o morir pero nadie debe enterarse jamás de lo que hizo.
-
¡Vete al infierno Danworth! Cuando salga
de aquí voy a matarte
Dylan
pensó que aquel sujeto estaba definitivamente loco, pero su natural aversión a
dejar morir a la gente le impedía por muy miserable que fuese, dejarlo morir
así.
-
¡Escúchame imbécil! -- le
dijo --
No vas a salir de aquí. Tienes una última oportunidad.
-
¡Milord!
-- exclamó Delain porque otro
trozo del techo había caído
-
Lo voy a sacar de aquí pero debe
prometerme dejar a la señorita Saint-Claire en paz, porque si no, somos varios
los que vamos a perseguirlo y por lo menos tres de nosotros puede tener la
seguridad de que vamos a matarlo.
Dylan
comenzó a toser, no lo había notado pero el humo comenzaba a afectarlos, porque
Delain también estaba tosiendo. Un trozo de una viga de madera cayó muy cerca y
eso pareció convencer a Jean Pierre.
-
De… acuerdo --
dijo
-
Deme su palabra --
insistió Dylan
-
¡Tiene mi maldita palabra! --
exclamó Jean Pierre
-
¡Ayúdeme!
-- le dijo a Delain que aún lo
miraba con incredulidad mientras Dylan
sacaba la hoja del pecho de Armagnac
Sin
embargo, Dylan estaba exigiéndose mucho a sí mismo, y a Delain le quedó claro
que no estaba en condiciones de levantar a Armagnac, de modo que silbó y un par
de individuos se abrieron camino entre las llamas y llegaron hasta ellos.
Ayudaron a levantar al duque y comenzaron a salir, pero habían dado unos
cuantos pasos cuando se oyó una explosión.
Kendall
estaba afuera pero había dejado de intentar reanimar a Sophie. Se había quitado
su chaqueta y la había cubierto con ella, y ahora miraba aterrado que el
edificio se venía abajo y Dylan no salía, de modo que ordenó a uno de los
hombres de Delain que se quedase con Sophie y corrió hacia el edificio de
nuevo, pero había dado unos pasos cuando una tremenda explosión lo hizo
detenerse y vio con horror que los trozos de madera saltaban en todas
direcciones.
-
¡Dylan!
-- exclamó y cuando pudo moverse
corrió hacia el destrozado edificio
Cuando
se sucedió la explosión, un trozo de madera golpeó a Dylan en la cabeza y cayó,
e inmediatamente después, otro pedazo de viga le cayó encima. Delain les gritó
a sus hombres y cuatro más entraron.
-
¡Saquen a éste! -- les
dijo soltando al duque y precipitándose hacia Dylan --
¡Ayúdenme! -- ordenó a los otros
Entre
los tres quitaron el trozo de madera, levantaron a Dylan y comenzaron a salir.
Casi habían llegado a lo que quedaba de la parte frontal cuando se tropezaron
con Kendall, éste se hizo a un lado y terminaron de salir. Tendieron a Dylan al
lado de donde Kendall había dejado a Sophie y éste pudo revisarlo.
Afortunadamente parecía que solo se había golpeado la cabeza pero no parecía
serio y en ese momento comenzó a volver en sí. Empezó a toser y aunque con
dificultad intentó llevar aire fresco a sus pulmones.
-
¿Estás loco? -- le
gritó Kendall -- ¿Qué pretendías?
-
¿Sophie?
-- preguntó él y Kendall señaló a su lado -- Hay
que… llevarla… de vuelta -- y miró a Delain --
Envíe a un… hombre a Saint Claire… que la señorita… va en camino --
tosió de nuevo y luego continuo dando órdenes -- y
envíe otro… por un médico… que la espere en el Chateau
Delain
y sus hombres lo miraban entre consternados y admirados. Aquellos sujetos en su
mayoría, eran criminales de oficio y pocas veces tenían ningún trato directo
con los nobles, para ellos aquellos individuos habían nacido solo para explotar
al prójimo, disfrutar de sus bailes y de la cómoda vida a la que estaban
acostumbrados. Sin embargo, aquel sujeto había demostrado ser de otra clase,
con lo que sin saberlo, Dylan se había ganado la lealtad incondicional de
ellos.
-
¡Muévase!
-- lo urgió Dylan al ver que solo
lo miraban como si fuese un fantasma
-
Sí milord
-- dijo Delain y se volvió hacia
los suyos
Dylan
intentó ponerse de pie pero Kendall y Delain intentaron impedírselo. Kendall
porque estaba de veras preocupado por su amigo, y Delain porque aparte de la
preocupación, aquel hombre era el hijo del Duque de Livingstone, el hombre
responsable de que en los últimos años él y los suyos tuviesen cómo alimentar a
sus familias.
Joseph
Danworth había decidido hacía mucho tiempo, que contar con la ayuda de ciertos
individuos era en extremo útil, de manera que había contratado los servicios de
Delain y se había asegurado su lealtad sacándolo de La Bastilla y dándole
trabajo en sus propiedades de Francia, pero su principal trabajo consistía en
hacer todo aquello que el Duque le pedía y que estaba al margen de la ley. De
modo que si a su hijo le sucedía algo por haber permitido que si involucrara en
aquello, podía irles muy mal.
-
¡Suéltenme, estoy bien! --
dijo Dylan con fastidio
Pero
no era del todo cierto, porque cuando intentó mover su brazo sintió un intenso
dolor y giró la cabeza para vérselo
-
¡Demonios! --
exclamó
El
brazo estaba en un ángulo extraño y una mancha de sangre teñía su camisa.
-
No lo mueva milord --
dijo Delain -- espere un momento -- y
luego le gritó a alguien -- ¡Dominique!
Un
hombre medio calvo y con gafas, se acercó a ellos y a una seña de Delain se
arrodilló al lado de Dylan. Con extremo cuidado desgarró la manga de la camisa
y examinó el brazo. Sin duda se trataba de una fractura y abierta para más
señas, parte del hueso había desgarrado la piel y el brazo estaba muy
inflamado.
-
¿Puedes resolverlo? --
preguntó Delain
-
Sabes que no, y aquí menos aun --
dijo el hombre -- todo lo que puedo hacer es inmovilizárselo
hasta que lo vea un médico.
-
Olvídense de eso, ahora tenemos que ver
cómo llevamos a la señorita de vuelta a su casa
-- dijo Dylan
-
Ya nos estamos ocupando de eso milord --
dijo Delain
Aproximadamente
una hora después estaban entrando al Chateau
Saint-Claire. Delain y sus hombres habían improvisado una especie de
camilla y de ese modo habían trasladado a Sophie. Phillipe se abalanzó hacia
ellos cuando los vio venir, alzó a su hija en brazos y entró al Chateau. Madeleine corrió tras su tío
pero Marie ahogó una exclamación de horror que hizo detenerse a Phillipe cuando
entraron Dylan y Kendall ambos en un estado lamentable, aunque Dylan estaba
evidentemente mucho peor, porque no solo estaba cubierto de hollín, sino
también de sangre. Phillipe lo miró y aun con su hija en brazos se giró y se
acercó a él.
-
Me dijo que esperara a que la encontrara
para agradecérselo -- le dijo
-- Gracias Lord Danworth, nunca
voy a olvidar esto
Pero
nadie estaba seguro de que Dylan hubiese escuchado, porque mientras Phillipe
hablaba el chico perdió el sentido y comenzó a caer. Marie gritó mientras
Kendall y Jacques detenían la caída de Dylan y lo arrastraban hacia un sillón.
Sophie
se movió y Phillipe se apresuró a su lado, le tomó la mano y trató de que se
tranquilizase. Ella había pasado la mayor parte del día dormida pero con lo que
él suponía pesadillas.
-
Tranquila linda, ya estás en casa
-
¿Papá?
-
Sí, aquí estoy -- le
dijo él y finalmente ella se atrevió abrir los ojos
-
¡Papá!
-- exclamó e intentó incorporarse
y abrazarlo
Phillipe
la retuvo en sus brazos mientras ella se desahogaba con el llanto. Un rato
después y cuando estuvo más tranquila, comenzó a referirle lo sucedido, aunque
él le dijo que no era necesario. Le contó todo lo que recordaba desde que había
despertado hasta el momento en que Armagnac la atacó. Le dijo a su padre que
había tenido la intención de usar la daga en ella misma, pero cuando el duque
se le había venido encima, la había clavado en su pecho y en este punto le
entró un ataque de nervios pensando que lo había matado. A Phillipe le llevó un
buen rato tranquilizarla y asegurarle que no había sido así.
Después
que Sophie se calmó quiso saber cómo la habían encontrado y fue el turno de
Phillipe de relatarle los sucesos desde su desaparición hasta que fue
rescatada, cuyos detalles había recibido él de Kendall.
-
Es mucho lo que le debemos a Lord
Danworth -- le dijo
-
Espero me permitas agradecérselo papá
-
Por supuesto, pero tendrás que esperar
porque no se encuentra bien -- pasó a relatarle lo sucedido con él y ella
se angustió mucho, pero Phillipe le aseguró que según lo último que le habían
informado, estaba mejor
Mucho
más tarde y después que los restantes miembros de su familia habían pasado a
verla, Phillipe se sentó a su lado y la miró con seriedad.
-
Sophie, no sé si es el mejor momento
teniendo en cuenta por lo que acabas de pasar, pero tengo que decírtelo
-
¿Qué sucede? --
preguntó asustada y pensando repentinamente en Dylan y que su padre no
le hubiese dicho la verdad
-
Lord Arlingthon ha solicitado tu mano en
matrimonio -- le dijo sonriente
Por un
momento Sophie lo miró confundida, porque la primera expresión de su padre y la
seriedad de sus palabras, no se correspondían con la sonrisa que veía ahora,
pero paulatinamente su cerebro fue registrando sus últimas palabras. Sus ojos se abrieron al doble de su tamaño y
repentinamente se llenaron de lágrimas.
-
¿Sophie?
-- dijo Phillipe preocupado
-
Kendall quiere casarse conmigo --
dijo más para sí misma que para su padre
-
Eso fue lo que entendí --
dijo él recuperando su sonrisa al darse cuenta que ella solo debía estar
emocionada -- La pregunta ahora es, ¿qué responderás tú?
-
¿Qué opinas tú? -- lo
sorprendió ella
-
Linda, la que va a casarse si así lo
decides, eres tú -- le dijo
-- Pero yo lo encuentro… adecuado -- y
la vio sonreír al fin
-
Entonces sí papá, sí quiero -- y
lo abrazó
En ese
momento Phillipe se sintió el hombre más feliz del mundo y solo esperaba que su
hija pudiese alcanzar la felicidad que él nunca había podido alcanzar en su
matrimonio.
Por dios que capítulo!!!! Pobre Dylan, puedo asegurar que el también esta enamorado de Sophie......
ResponderEliminarY ahora Sophie se va a casar con Kendall.
Que va a pasar con el loco de Armagnac, a esperar el siguiente.
Besos
Buen día Erika :-)...
Eliminar:-/ sí pobre Dylan, sé q no es el más simpático del mundo pero es una buena persona... con respecto a sus sentimientos creo q puedo coincidir contigo, jeje...
sí, ya parece un hecho...
pues para enterarte de eso tendrás q esperar algunos capítulos más ;-)...
gracias Erika... nos leemos en el próximo :-)... kisses...